Pasar dos noches en un antiguo palacio andaluz, una semana en el campo en una finca con piscina o en una casita de pescadores reformada con terraza en la azotea, es todo muy apetecible, ¿verdad?
La popularidad de este tipo de alojamiento en estas regiones es muy real, y se debe a una serie de factores que voy a detallarle aquí:
El atractivo turístico de estas 2 regiones
En primer lugar, Andalucía (donde vivo): una de las provincias más visitadas de España, que atrae a millones de turistas cada año gracias a sus ciudades emblemáticas (Sevilla, Granada, Córdoba, Málaga), las playas de la Costa del Sol, su rico patrimonio histórico y su vibrante cultura.
El Algarve, en el sur de Portugal, es otro destino popular, que ofrece playas de arena dorada, paisajes impresionantes como espectaculares acantilados ocres, pueblos pintorescos y numerosos campos de golf.
Clima y diversidad paisajística
Aunque el Algarve está totalmente bordeado por el Atlántico y Andalucía sólo en parte, ambas regiones disfrutan de un clima mediterráneo muy agradable que atrae a visitantes durante todo el año. Los inviernos son suaves y los veranos cálidos.
También ofrecen una gran variedad de paisajes:
En Andalucía, desde las montañas de Sierra Nevada o la Sierra de Grazalema, hasta el parque natural de Doñana (más cerca de donde vivo), pasando por las playas de la Costa de la Luz o los pueblos blancos encaramados.
Aunque el Algarve es conocido por sus animados balnearios, gran parte de la región sigue siendo rural y auténtica, lejos de las multitudes de las zonas hiperturísticas.
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Oportunidades de inversión inmobiliaria
Desde hace varios años, muchos extranjeros, sobre todo europeos del norte, invierten en casas tradicionales, villas con jardín e incluso propiedades rurales. Estas propiedades, que suelen ser lugares que reflejan una identidad local, se prestan bien a la conversión en bed and breakfasts.
Aunque los precios se están disparando estos días, especialmente en el Algarve, los precios de la vivienda siguen siendo asequibles en comparación con otros países europeos.


Atraídos por un estilo de vida más relajado y un coste de la vida relativamente bajo, muchos de estos inversores han pasado a convertir sus propiedades en bed and breakfasts para diversificar sus fuentes de ingresos. Algunos de ellos, sobre todo en Portugal, han podido beneficiarse de ayudas públicas o facilidades administrativas.
El deseo de autenticidad de los viajeros
Está claro que cuando uno se aloja en un B&B, se aleja de las cadenas hoteleras estandarizadas con su decoración impersonal, sino que busca el encanto de un edificio antiguo renovado, la interacción con sus huéspedes y la oportunidad de descubrir la cultura local.
Los propietarios, tanto locales como expatriados, están encantados de compartir sus conocimientos y su pasión por la región con sus huéspedes. También ofrecen desayunos o comidas que permiten a los viajeros descubrir la cocina regional.
Esta experiencia más convivial y personalizada, en un ambiente cálido y acogedor, a veces más cerca del entorno y en contacto con la naturaleza, hace que este tipo de alojamiento sea cada vez más buscado por los viajeros. Además, los precios suelen ser más ajustados.
La oferta de alojamiento en estas dos regiones es muy amplia: en la ciudad, junto al mar o en el campo, histórico, rural o en la costa, a veces rozando el lujo, con cursos de cocina o retiros de yoga, hay para todos los gustos y bolsillos.
Una cosa es cierta: este tipo de vacaciones ofrece una mayor inmersión cultural y un enfoque diferente del viaje, alejado del turismo de masas.

¿Y usted? ¿Has pasado alguna vez un fin de semana o unas vacaciones en un B&B?
Un consejo a amigos míos: si queréis descubrir mi pueblo, Ayamonte, os invito a alojaros en Casa Victoire, en casa de Vincent, un amable y atento propietario y un apasionado de las antigüedades, ¡seguro que caeréis rendidos a sus encantos! Sus clientes vuelven año tras año, lo cual es una buena señal, ¿no?
Valérie